"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
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28-07-2012 |
Política y derecho
Alerta Uruguay
Mientras para la concepción liberal burguesa, en el papel (pero no en la práctica), el derecho está por encima de la política, para la concepción proletaria, el materialismo dialéctico, la lucha política de clases es la que posee la primacía en el proceso histórico, y es de esa primacía que nace un nuevo derecho. Este antagonismo refleja la relación entre cómo se vive y cómo se piensa. Para los propietarios de los medios de producción y de cambio, la garantía para el mantenimiento de sus privilegios está en el derecho que ha impuesto el bloque burgués. Para los desposeídos, las condiciones materiales y espirituales adecuadas para vivir están por encima de otra consideración, incluido el derecho de las clases poseedoras, que debe ser sustituido por uno nuevo. Por ejemplo, los tratados neoliberales que dan vida al MERCOSUR tienen que sustituirse por otros adecuados al actual MERCOSUR. Así se plantea la opción teórica entre ambas concepciones, con sus derechos respectivos, aunque en los hechos, los liberales subordinan también su derecho a la política.
El bloque de clases dominante en Paraguay –ha subordinado el derecho a la necesidad de derrocar a Lugo, molesto para sus objetivos económicos, políticos y militares. En el “pachecato” (el gobierno de Pacheco y el primer año del de Bordaberry) el derecho es subordinado a las necesidades de la oligarquía y del imperialismo de aplastar la resistencia de las clases populares. Bajo “derecho” se asesina a Líber Arce, Susana Pintos, Hugo de los Santos, Julio Espósito, Luis Batalla, Santiago Rodríguez Muela, Joaquín Kluver, Luis Mendietta, Roberto Gomensoro y los ocho comunistas de la Seccional 20. Bajo “derecho” (haciendo vista gorda) actúa el Escuadrón de la Muerte que asesina a Héctor Castagneda, Abel Ayala, Ramos Filippini, Íbero Gutiérrez. Bajo “derecho” Mitrione enseña a torturar a los soldados y futuros represores del Plan Cóndor y las FF. AA. torturan desde 1972.
Los historiadores y políticos liberales que se dicen artiguistas, ocultan hechos que hacen a la esencia del artiguismo. Sólo Vázquez Franco ha tenido la coherencia y el valor de criticar a don José por la serie incuestionable de violaciones al derecho vigente que comete, desde el nombramiento a dedo de congresales al juicio sumario con ejecución de Genaro Perugorría. ¿Y si Artigas hubiera respetado escrupulosamente el derecho? Pues, ¡no habría Revolución Oriental! Antes que él, en el Cabildo Abierto de la Semana de Mayo el derecho no tiene la primacía de los patriotas, que impiden el ingreso a la plaza de varios españolistas. El derecho tampoco es la consideración principal de Bolívar que clama por un “poder terrible” , ni del proclamado dictador Jorge Washington. Si atravesamos el Océano, el derecho no es prioridad ni para la Falange española ni para los republicanos, ni para el Gral. De Gaulle, ni para Churchill, ni para el Mariscal Tito, ni para Nasser, ni para Mandela, ni para Mao, ni para Fidel ni para… No sean hipócritas colorados, blancos, e “independientes”: Vds. han subordinado siempre el derecho a sus necesidades políticas.
Pero la izquierda no debe “comerse la pastilla” reaccionaria de la primacía del derecho. En política, como en el fútbol, es ingenuo ser delicado cuando los contrarios son sucios. Nos sentimos orgullosos cuando vemos “barrer la cancha” al Ruso Pérez, jugando al borde del reglamento o fuera de él, porque para ganar no se puede ser delicado. ¿Si en el fútbol no se puede, se puede en la lucha de clases llevada a la arena política?
Mientras nuestro presidente ha actuado muy bien en la Cumbre de Mendoza, reflejando en su pensamiento las aspiraciones de las clases populares, como las presidentas de Argentina y Brasil, “Búsqueda” observa que es un “hecho inédito” e “inusual en la política uruguaya ” que el vicepresidente salga a atribuirle al Presidente un “grave error”, fundamentando la posición defendida por la derecha, con gran regocijo de ella. Mientras eso ocurría, el Inspector Mayor de la Policía de Soriano Ernesto Carreras saliéndose de la vaina subió a su cuenta de Facebook su opinión: “Copiemos a los paraguayos. Chau Pepe!!!!!!!”
La maniobra venía (¿o viene?) bien preparada. El periodista de “Búsqueda” Tomás Linn se lamenta: “La crisis de Paraguay debió ser la oportunidad perfecta para que Uruguay diera un paso al costado del MERCOSUR… Hizo lo contrario”. Y acusa a Mujica de kichnerista y chavista, estimando que en Venezuela “no rige más ley que la de sus propios caprichos y antojos” (los de Chávez). Los “malpensados” preguntamos: ¿Uruguay será el próximo Paraguay? El Vicepresidente de la República ¿no piensa que la reacción desearía que fuera el Franco de Uruguay tras un juicio sumarísimo a Mujica? ¿No sabe que la ciudadanía ha elegido presidente a Mujica y no a él? Conviene que defina su rol: callarse, renunciar, o avanzar en la dirección asumida por Franco. Mientras la reacción prepara el escenario para “restablecer el derecho”, el movimiento obrero-popular y el Frente Amplio deben prepararse. Más vale prevenir que curar. Está en juego, el proceso de integración anti imperialista y el respeto al pronunciamiento electoral. No caben dudas: más allá de diferencias, se impone estrechar filas detrás del Presidente, como muy bien ha hecho la Mesa Política del Frente y su Presidenta, Mónica Xavier.
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